Iniciamos a partir de un polígono preestablecido por el equipo docente, conformado por las calles Teatinos, Compañía, Puente y General Mackenna. En él, bajo la observación, el análisis urbano, histórico, social, topológico, normativo y perceptual, descubrimos las falencias y ventajas de un Santiago que se muestra como un lugar incompleto en el cual siempre es posible intervenir. El pasaje Jorge Huneeus -situado entre las calles Catedral y Bandera y parte de este polígono- llama la atención debido a que presenta un gran potencial debido a su cercanía con el barrio cívico, el centro histórico y por ende con diferentes edificios de interés patrimonial a nivel nacional; también por su proximidad al barrio Bandera y por ende a un eje comercial y cultural importante para la capital. Sin emargo el pasaje no logra dar cuenta de esto, sino que má bien denota un abandono y deterioro importante, el cual puede ser reactivado a través del proyecto de Metro de Santiago de la Línea 3 el cual se está ejecutando en la esquina de Catedral con Bandera. Desconociendo lo que se está proyectando en el lugar, tomé el sitio como un sitio eriazo para utilizarlo en favor de una manzana que pareciera estar desvinculada de su entorno, además de usar el Palacio García de la Huerta, edificio colindante al terreno el cual funciona como la Casa Olivari en el primer nivel, tienda de telas, y los niveles superiores se encuentran abandonados.
Para lograr el objetivo primero era necesario realizar un análisis histórico-urbano de la manzana y su contexto inmediato, de tal forma diagnosticar en primera instancia la razón por la cual está operando aisladamente. Este análisis arrojó que finalmente el pasaje Huneeus fue desvinculado de la trama urbana debido a la privatización de galerías colindantes que funcionaban en conjunto al pasaje. Sin embargo actualmente existe un proceso de reintegración con la construcción de una nueva galería en la misma manzana, la cual no ha logrado su objetivo.
También era necesario conocer el palacio debido a su calidad de inmueble de conservación histórica, ya que de esta forma las intervenciones que en él se realicen serán estudiadas y conscientes.
Con estos antecedentes en juego, la intervención nace sola. Como partido general la propuesta busca ser un apéndice del edificio patrimonial y a su vez un articulador con su medio externo. De esta forma, el nuevo edificio no solo tiene la función de vincular la manzana y reactivarla, sino que debe ser respetuoso del edificio colindante y funcionar como un complemento de éste. Para determinar este partido, el primer paso fue dar cuenta del estado actual del palacio por medio de una estratificación histórica y un análisis de estado de conservación por nivel y recinto. Este análisis estableció que el edificio se encuentra en buen estado a nivel general, sin embargo algunos espacios era necesarios liberarlos debido a problemas estructurales, falta de coherencia con el conjunto o por ser poco fidedignos al proyecto original, el cual era importante rescatar.
El partido, finalmente, rescata la crujía de Catedral y el vacío vertical original del proyecto, replicándolo en un gran patio de acceso público, el cual permite articular el palacio con el edificio nuevo, pero también con su contexto. El programa del proyecto completo nace de tres elementos: primero en las oficinas que el metro ya había proyectado para el lugar más la estación plaza de armas, renombrada Jorge Huneeus debido a que la historia del lugar es importante descatar. Por esta misma razón nace el segundo programa, el Museo de la Lira Popular, ya que a través de estas publicaciones (nombradas recientemente Memoria del Mundo por la UNESCO) se puede vincular la manzana con su pasado histórico cívico relacionado con el ex-Congreso Nacional. Por último el programa gastronómico busca vincular los nombrados anteriormente, de tal forma poder funcionar como un conjunto.
Ambos edificios, si bien lograr funcionar armónicamente, estructuralmente actúan de manera separada gracias a una junta de dilatación.
En cuanto a la resolución de la fachada, esta no solo debía regirse por los ejes horizontales, verticales y ritmos de los vanos, sino que también propone controlar el asoleamiento y generar mayor privacidad en los recintos que lo requieren. Por este motivo la fachada nueva funciona con una doble piel, una cumple una función estructural, otra funciones estéticas-bioclimáticas.
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